Voy a comerte hasta empacharme de locura. Darte mordisquitos
en la oreja hasta ver en tu boca una sonrisa tonta, y devolverte una sonrisa
estúpida. Quiero perderme en tu mirada, y jugar a un juego en el que sólo el
que lo da todo es el que gana. Sentir tu respiración acompasada, y
sincronizarnos tan milimétricamente que en mi cabeza pueda ver tu mente
desordenada. Quiero pegarme a ti. Y, si quiere, que se acabe el mundo; que yo
me quedo aquí.