Vamos sopla. Sopla y pide un deseo. Porque el
que puede soñarlo puede lograrlo; pero aunque no se cumpla lo que quieres, nunca
dejes de soñar. Puede que te traicionen, que te olviden, que te dejen o que te
hundan; pero no hay nada peor que dejar de creer. Si dejas de soñar estás
perdido. Cree siempre en tus posibilidades de cumplir lo que quieres.
Simplemente porque si crees en tí mismo, tienes un noventa y nueve por ciento de
posibilidades de que se haga realidad. Y ya solo queda ese uno por ciento que no
depende de ti mismo, sino del destino.
Pero nunca olvides que quien la sigue
la consigue. Recuerda que nunca debes perder la esperanza por alguien. Nunca
pierdas la inspiración, ni dejes de creer en tus sentimientos. Y sobretodo nunca
dejes de ser tú mismo. Porque tu interior marca quien eres. Tus manías, tu forma
de pensar, tus sentimientos, tus ideas...te hacen único. Y por ese único motivo
nunca te arrepientas de ser quien eres, porque en el mundo nunca habrá alguien
con las mismas posibilidades de cambiar el mundo que tú.